He encontrado este artículo para reflexionar sobre él. Me siento desorientada y no se ya qué camino tomar.... Se me escapa de las manos. Bueno, ahí va:
Los premios y los castigos.... ¿son efectivos?
”Si apruebas las matemáticas te compro el videojuego”, “No, hoy no se ve la tele, estás castigado”. ¿Te suenan? A veces ya no sabes qué hacer para que tu hijo se comporte de una determinada manera. Es entonces cuando recurres a los premios o castigos. Sin embargo no siempre son eficaces ni actuan de forma rápida, y son recursos que deben ser usados con mucha prudencia.
Los premios noe stan muy aceptados socialmente en cuanto a que dar un premio significa que la motivación intrínseca del niño no es suficiente, y hay que motivarle con un premio material (con lo que parece que en lugar de educar, estamos amaestrandoa nuestros hijos o alumnos).
Los castigos no suelen dar tanta sensación de fracaso. Incluso, los padres que tienen esta práctica habitual con sus hijos, son considerados padres responsables. Y cuando a lo largo del tiempo estos castigos no son efectivos se atribuye a la irremediable forma de ser del niño. Los premios y castigos pueden ser usados cuando el proceso educativo (basado en buenas dosis de ejemplos, persuasión y reflexión) no suge efecto y es necesario restablecer un cierto equilibrio. Un remedio será pues seguir una educación adecuada basada en premios y castigos, ya que estos, aunque afectan solamente a la conducta externa de la persona, y no influyen en la personalidad íntima de esta, generan un ambiente que facilita la comunicación entre las personas de la familia y mejora las capacidades de la persona. Todo esto, claro está, si su uso no se hace generalizado e indiscriminado. Pero ¿cómo usar estos elementos en su justa medida y de forma apropiada?
Tenemos que saber que existen tanto premios como castigos de diferente tipo y composición, y debemos conocerlos para saber utilizarlos. A continuación hay una pequeña guía que espero pueda serles de ayuda:
1)En cuanto a los premios:
Tipos de premios:
-Premios previstos: Son las recompensas pactadas que se ofrecen si se presenta la conducta que se espera. El deseo de conseguirlas ayuda a regular la conducta.
-Premios imprevistos: Se conceden sin previo aviso como reconocimiento a una conducta deseable. Puede producir efecto en la persona que lo recibe y en las que lo observan. Ambos relacionan las conductas deseables con la recompensa.
-Premios por entregas: Son los que mantienen el interés más vivo, al concederse puntos o vales acumulables cuando se producen pequeños logros. Al alcanzar una cierta cantidad, se logra el premio.
-Premios liberadores: Permiten liberarse de alguna tarea desagradable.
Los premios también pueden clasificarse en cuanto a su composición:
-De base afectiva: El premio consiste en expresiones afectivas de los padres, como abrazos, felicitaciones, lugares preferentes en la mesa o en el coche…
-De base material: El premio es algo material, que el niño deseaba con anterioridad.
-Relacionados con la autonomía: El premio consiste en dar más libertad o autonomía para gestionar el dinero, el tiempo, el espacio…
Para que los premios no se conviertan en un arma de doble filo y perjudiquen nuestros intereses, es muy importante tener en cuenta las siguientes pautas:
- Definir bien lo que queremos conseguir y el premio que se puede conseguir. De vital importancia es luego cumplir lo pactado.
-Proporcionar premios acordes con el esfuerzo realizado y con las posibilidades razonables de la familia.
-Plantear la un objetivo a corto plazo cuando este método se usa con los más pequeños. proponer premios alcanzables ya que sólo son útiles si se confía en alcanzarlos.
-Evitar su uso prolongado y variado porque esto crea adicción y podemoso conseguir que luego la persona solo actúe a cambio de premios.
-Este recurso modifica la conducta pero no necesariamente las actitudes y motivaciones, por lo que hay que combinarlos con otras acciones educativas, para conseguir que el niño llegue a actuar de una manera determinada por su propia motivación.
2)En cuanto a los castigos:
Tipos de castigos:
-Castigos previstos: Son las consecuencias desagradables que aguardan como respuesta a una conducta inaceptable determinada.
-Castigos imprevistos: Son consecuencias desagradables que se otorgan sin previo aviso ante conductas indeseables. Tratan de evitar que se repita la conducta.
-Castigos con oportunidades: Se ofrece un castigo si se da una conducta, pero se concede la oportunidad de rectificar en dos ocasiones antes de recibirlo.
También los castigos pueden clasificarse en cuanto a su composición:
-De base afectiva: Consisten en expresiones afectivas negativas por parte de los padres como reprimendas, amonestaciones, alejamiento físico, silencio, caso omiso…
-De base material: Suponen pérdida de ingresos, multas, no poder usar algo (TV, equipo de música, bicicleta…) o quedarse sin alguna posesión.
-Relacionados con la autonomía: Restringen o privan de la libertad de salir, reducen el tiempo de ocio, exigen quedarse inmóvil, prohiben algunas relaciones…
Las pautas a tener en cuenta en cuanto a los castigos son las siguientes:
-La primera y más importante: los castigos nunca deben atentar contra la dignidad ni los derechos de los niños.
-Los castigos deben ser elegidos con prudencia. Los castigos han de cumplirse, por lo que un castigo absurdo o que no se cumple produce el efecto contrario.
-Los castigos deben ser proporcionados a la conducta. Si el castigo se ve desproporcionado, injusto o absurdo, puede generar sentimientos de aversión, venganza y resentimiento. Como consecuencia, es probable que no se evite la conducta indeseable.
-Buscar castigos relacionados con la conducta indeseable. Así, por ejemplo, si se es descuidado y se estropean las cosas, se han de arreglar; si la conducta es molesta, se tiene que aislar…
-Procurar que el castigo se acepte como algo merecido y se entienda que ayudará a mejorar.
- Hay que tener en cuenta que muchas veces los castigos pueden aumentar la conducta indeseable, ya que en ocasiones, los hijos buscan llamar la atención de los padres y, al no conseguirlo con una conducta deseable, les basta con que les prestemos atención mediante castigos por las indeseables. En este caso está directamente contraindicado su uso.
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