Hace unas semanas, después de las vacaciones de Semana Santa+San Prudencio (10 días seguidos….), mientras iba en el coche con Markel le dije: Cariño, qué ganas tengo de que empieces el cole!!!! Él me preguntó, porqué? Es que no me quieres?
Y yo le expliqué que, simplemente, para quererle bien necesitaba perderle un poco de vista y echarle de menos.
Este fin de semana me surgió una oportunidad única. En el pueblo de los padres de Sergio era “La Virgen de la Cuadra”, una romería a la que vamos todos los años. Pero…..ese mismo sábado yo tenía una cena con amigas. Lo hablamos y Sergio me dijo que no le importaba llevarse a los dos niños y quedarme yo en casa. Al principio dudé, muchas veces se ha llevado a Markel al pueblo, los dos solos, pero para Izaro sería la primera vez, la primera vez que saldría sin mi. Pero mis suegros y mis cuñados también iban, además allí tienen bastante familia, y no me parecía justo privarles de la nena.
Y por otro lado, la idea de un fin de semana sola en casa me parecía lo más. Llevaba sin quedarme sola desde agosto de 2008, cuando estaba embarazada de Izaro y Sergio y Markel se fueron unos días al pueblo.
Se marcharon el sábado a las 10,30 y volvieron en domingo a las 19,30, vamos, que fue poco más de un día. Pero qué paz, el poder ducharte tranquila, el hacer pis sin espectadores, el no tener que estar todo el día diciendo: cuidado, no cojas eso, bájate de ahí, come, a dormir, no botes el balón en casa, haz los deberes….
La cena estuvo bien, era con las amigas del barrio, muchas de ellas con niños y que, aunque salimos poco, cuando lo hacemos “lo damos todo”. Como nosotras lo valemos decidimos contratar un boys, así que después de cenar fuimos al bar donde estamos siempre, que lo cerraron para nuestra “fiesta privada”. Se quedó el camarero para ponernos las copas y nosotras, que éramos 10. Lo del boys está bien, bueno, a mi es algo que me da bastante vergüenza, no se, el que un tío se despelote delante tuya pues como que no me va mucho, y además el mal rato que pasas porque nos saca a todas. Yo tuve suerte porque me sacó de las primeras, que todavía está vestido y es menos violenta la situación. Pero he de reconocer que te ríes un montón, que a todas nos hace mucha falta. Y aunque durante la cena las conversaciones giraron en torno a partos, pañales y colegios, a partir de la primera copa se nos olvidó hasta que teníamos hijos y nos lo pasamos fenomenal. Con deciros que llegué a casa a las 5 de la mañana y que no me pude ni desmaquillar!!!! Y lo peor de todo el domingo por la mañana, el día después.
Al menos la casa estaba vacía y el silencio, pero me tuve que ir derechita a por el Espidifén, madre mía, qué malas son las resacas a partir de los 30!
Este tiempo sola en casa también me ha venido bien para coser, no he hecho nada nuevo pero he terminado varias cosas que tenía a medias. Durante estos días os las iré enseñando.
La primera es este vestido. La verdad es que me doy cuenta que en la foto no dice demasiado, a ver si os enseño a la peque con él puesto. La tela la compré en mi último viaje a París, hace case dos años en entréee des fournisseurs. Se trata de una mercería antigua, toda de madera, con olor antiguo.... Te puedes pasar dentro horas y horas, todo me gustaba. Compré un montón de lazos, pasacintas, y alguna tela. Luego te lo dan todo en un paquete de papel kraft, ideal. También tengo que decir que las dependientas no eran especialmente simpáticas, pero bueno, no se puede tener todo.
El patrón es la "robe froncé" de "les intemporels pour bebés". Espero que os guste...
De todas formas, lo mejor del fin de semana fue cuando llamaron a la puerta mis tres amores. Con tierra de por medio, se coge todo con más ganas!!!!
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